Su objetivo consiste en alcanzar mayores reducciones de las emisiones contaminantes a la atmósfera, el agua y el suelo, así como los residuos procedentes de las instalaciones industriales y agrícolas con el fin de alcanzar un alto nivel de protección del medio ambiente y la salud. Además supone un refuerzo en la aplicación de mejores técnicas disponibles (MTD). 

Las empresas IPPC, deben ahora adecuarse a esta nueva legislación que, entre otras cosas, les obliga a controlar la calidad del suelo y las aguas subterráneas de sus emplazamientos. 

Aspectos más relevantes

La nueva normativa afecta tanto a las empresas que ya disponían de AAI como a empresas de nueva creación o a aquellas cuya actividad ha sido incluida por primera vez en el Anexo 1 de la nueva ley 5/2013 (desarrollo normativo de la DEI en España). 

Esta actualización inicial de la AAI incluirá aspectos relacionados con: 

  • Medidas preventivas para la protección del suelo y las aguas subterráneas y elaboración del Informe de Situación de Partida – (Informe Base). 
  • Medidas específicas para las condiciones de funcionamiento distintas a las normales 
  • Políticas de comunicación con la administración y medidas para la limitación de las consecuencias en el caso de accidentes e incidentes 
  • Aplicación de la jerarquía de gestión de residuos 
  • Plan de inspección y control 
  • Valores límites de emisión basados en documentos MTD publicados

Nueva documentación requerida

Todas las empresas que deben actualizar la AAI por primera vez así como aquellas a las que aplica por primera vez, deben elaborar un “Informe base o de situación de partida” que recogerá información sobre el estado de la contaminación del suelo y las aguas subterráneas por sustancias peligrosas relevantes. 

Este informe contendrá la información necesaria para determinar el estado del suelo y las aguas subterráneas, a fin de hacer la comparación cuantitativa con el estado tras el cese definitivo de las actividades. 

Tras el cese definitivo de las actividades, las instalaciones deben evaluar el estado del suelo y la contaminación de las aguas subterráneas por las sustancias peligrosas relevantes utilizadas, producidas o emitidas y garantizar que el emplazamiento no supone un riesgo significativo para el uso actual o futuro. 

Así mismo, aquellas empresas que a criterio de la administración fabriquen, utilicen o emitan substancias peligrosas relevantes, tienen  la obligación de fijar prescripciones de control por lo que hace al suelo y a las aguas subterráneas.

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